Muchas veces he pensado que las ciudades y las industrias avanzadas tienen mucho en común. Ambas, como primera condición para crear valor y ser atractivas, deben expresas claramente a una mayoría de personas unas ideas, visiones y conceptos diáfanos y estéticos, además de enganchados en sus tradiciones y personalidad. Esto se acaba materializando en unos productos (en la industria) y en unos diseños( en las ciudades) de una coherencia, originalidad y calidad impecables.
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