El “fracking” es una tecnología que ha originado gran polémica por una exageración de los riesgos sísmicos y de contaminación ambiental y de acuíferos que pudiera implicar. En este sentido no ha ocurrido algo muy diferente a la irracionalidad con la energía nuclear que, por pura lógica de supervivencia, se acabó imponiendo. Ambas se seguirán desarrollando, sin duda.